domingo, 17 de noviembre de 2013

Una mirada a la catástrofe del Prestige

ONCE años después de la peor catástrofe medioambiental de España, el vertido petrolífero del buque Prestige en las costas de Galicia, esta semana se ha conocido la sentencia judicial que absuelve de delito medioambiental a todos los acusados (¡¡¡solo eran tres!!!): el capitán del buque, el jefe de máquinas y el Director de la Marina Mercante en aquel entonces. La sentencia reza expresiones como las siguientes para justificar la decisión: "indefinición de las causas de lo acontecido" y"nadie sabe con exactitud cuál pudo ser la causa de lo ocurrido, ni cuál debería haber sido la respuesta apropiada a la situación de emergencia creada por la grave avería del Prestige".

Solo se condena a 9 meses de prisión al capitán, pero no por los daños causados, sino por desobediencia al no hacer caso innmediato a las órdenes de las autoridades españolas para el remolque del barco. La sentencia conlleva, además, que nadie es responsable de las inndennizaciones económicas por los daños causados en el medio ambiente y en la economía de los pueblos de la zona. Ello supone implícitamente que todas las ayudas que se dieron a los pescadores y todos los costes de la limpieza de la costa las pagamos finalmente todos los españoles, a través de la responsabilidad subsidiaria que asume el Estado.

A diferencia de lo que sucedió con el accidente de BP en el Golfo de México en 2010, donde la empresa ha tenido que hacer frente a los costes económicos derivados del daño medioambiental causado, en el caso del Prestige, la armadora del buque y la empresa clasificadora que expidió su certificado de navegabilidad, Universe Maritime y American Bureau of Shipping, ni siquiera se sentaron en el banquillo de los acusados. Para un profano en leyes resulta tremendamente incongruente, sin embargo, que el Tribunal asuma contrastado que el buque petrolero era demasiado viejo, estaba en tan malas condiciones y que nunca tendría que haber obtenido los permisos para navegar "salvo de forma fraudulenta". Sin comentarios... DES-prestigio. El problema radica en gran parte en que en nuestro país no fue hasta el año 2007 cuando nos convertimos en un país desarrollado medioambientalmente con la aprobación de la Ley de responsabilidad civil medioambiental. Ahora dudo si la mayor catástrofe fue la del vertido del Prestige o si aún mayor ha sido la catástrofe de la sentencia.

Pero no he traido a este post la noticia de la sentencia para discutirla, sino para llevarla al terreno del marketing y para recordar el lado positivo de la catástrofe: aquella movilización de personas llegadas de todos los rincones del país para ayudar en la retirada del chapapote (palabreja que casi nadie habíamos escuchado hasta entonces) y que reflejaba la solidaridad de los españoles. Aquel movimiento recibió el nombre de MAREA BLANCA, para contraponerlo a la marea negra contra la que luchaban y por los trajes blancos que vestían para protegerse.

Los españoles además de dar un ejemplo de solidaridad dimos una lección a las empresas y les ayudamos a adelantarse al futuro. Era el año 2002 y todavía no habiamos popularizado académicamente el término "responsabilidad social corporativa", pero la esencia ya existía. El voluntariado y las donaciones que surgieron de los individuos también llegó a muchas empresas, generalmente pequeñas, que sin afán comercial se sitieron parte de la solución al problema. Como ejemplo, transcribo este texto que he vuelto a encontrar en un foro de Internet:
"Somos una empresa ubicada en Vizcaya que queremos colaborar de alguna manera con todos los afectados del Prestige. Nos gustaría enviarles material que emplean en la limpieza como guantes, mascarillas... pero nosotros no somos fabricantes de dichos productos. Nos hemos puesto en contacto con la Cámara de Comercio de Villagarcía de Arousa, pero ellos no nos pueden facilitar la información que deseamos. Es por eso, que navegando un poco por Internet os hemos encontrado y nos gustaría que nos dieran el nombre de las empresas que les envían dichos materiales. Nosotros nos pondríamos en contacto con ellas y les haríamos el pedido para que llegaran a Udes.directamente".

Y es que la vuelta del Prestige a las noticias me ha recordado una interesante acción de responsabilidad social y su consiguiente marketing con causa. En 2012, la directora de cine Isabel Coixet recogió el movimiento de la Marea Blanca en un documental que pretendía ser un homenaje a todos los voluntarios que participaron y un mensaje para que una catástrofe de este tipo no volviese a suceder . Podéis verlo en el enlace de más abajo o pinchando aquí. Este documental fue financiado por el Grupo Modelo, el grupo cervecero mexicano propietario de las marcas Corona y Coronita, a través de su proyecto Corona Save The Beach.


Corona Save the Beach es un proyecto de responsabilidad social de la empresa cervecera, lanzado en 2008, con la finalidad de "agradecerle a la playa todo lo que nos ha dado". La acción central del proyecto consiste en recurperar medioambientalmente una playa al año. La playa es seleccionada entre todas aquellas que los seguidores de la marca y del proyecto propongan. Los interesados pueden presentar a través de la web su playa candidata, justificando las razones por las que debería ser la seleccionada. El proyecto podéis conocerlo en la web: www.coronasavethebeach.org/es/el-proyecto y ya está abierto el plazo para presentar candidaturas para 2014. La empresa financia los costes de la limpieza y contribuye a movilizar voluntarios que participen. Las acciones realizadas consiguen aún mayor repercusión en los medios de comunicación gracias al apoyo que reciben de personas famosas, eso que ahora llamamos celebrities, que se unen al proyecto: cantantes, deportitistas, diseñadores, etc.

Junto a estas acciones de limpieza de playas, a través del proyecto se realizan otras acciones de concienciación medioambiental como la comentada del documental de Coixet, el diseño de un hotel creado con basuras o, más recientemente, la colocación durante varios días de un "ejército de hombres basura" en las playas de la Barceloneta (Barcelona), una obra del artista alemán H.A.Schult, pionero en arte medioambiental.

En el siguiente video tenemos más información sobre el hotel de basuras.


Saludos desde la indignación con la sentencia y desde la esperanza de que algo como el Prestige no vuelva a suceder.